15 de mayo de 2016

15 de Mayo

Felicidades a todos esos hijos de puta que escogieron la docencia como medio para no  morirse de hambre, a todos esos que sembraron en mí estos traumas con los que hoy más que lidiar me río en negro.

A todos los idiotas que van asesinando en aulas con clases más mediocres que una misa por lo civil, cerrando calles, quemando camiones,  enseñando las innobles prácticas del soborno, pidiendo las nalgas a las y los que deberían de enseñar algo más que a pedir perdón por haberlos conocido…

Felicidades a los maestros  de la carnicería y la cobardía, en especial a esos que enseñan “arte” y que han tomado como dogma laboral lastimar de la forma que sea pero fuerte y bien a cualquiera que tenga posibilidades antes que enseñarle una mierda.

No quiero ser sarcástico, es verdad, son maestros en su oficio: Balandra, Mendoza, Grisell, Cuc, “El borrego”,” El Doctor”, Bruno, y me ahorro tiempo con los muchos nombres  de los otros pobrecitos. A ellos, a ustedes, a todos esos, gracias, porque me enseñaron el valor del respeto, a nunca ser un remedo de, a no simular, a tomar enserio la dignidad del oficio y el valor de cada individuo, de cada p-e-r-s-o-n-a, fueron y siempre serán ese jodido y asqueroso espejo en el que (incluso ruego a todos los dioses) nunca, jamás, ni por accidente, quiero verme reflejado.

Felicidades “maestros” (así, con minúscula y entre comillas)


Y de corazón (lo que queda del que tengo) FELICIDADES a todos los que por decisión, vocación, oficio y un extraño arte, deciden iluminarnos con sus enseñanzas y conocimiento.

A los de verdad ¡LARGA VIDA MAESTROS!