27 de septiembre de 2016

COMO UNA MÁQUINA DEL TIEMPO -Firmaré la paz-

Una de las Doctoras que me da clase me recuerda horrores a una jefa que tuve: "La Jefa". Me llegó a regresar mis exámenes hasta 14 o 15 veces, porque, según ella, simplemente no estaban bien hechos, y al final, ya que quedaban con su visto bueno, los desechaba (o rompía) y aplicaba el que ella había hecho. Me enseñó a planear una clase minuto a minuto, literalmente, minuto a minutos, no exagero, de hecho, más bien, debería de decir segundo a segundo. Me enseñó a seguir y terminar un programa como una radiografía. Me dio cátedra de lo que puede ser la sofística y la demagogia aplicada a nivel Dios, en verdad, no exagero.
Y aunque esta Doctora no es tan bruja, tan macabra (dudo llegar a encontrar en esta vida a una mujer con el abanico cultural, vivencial y científico que aquella tenía y dominaba tan, tan, pero tan, tan ,tan bien) estoy más que seguro que el examen que hará mañana ésta Doctora será una masacre, estoy seguro que tendré un deja vu al ver la estructura, estoy seguro que la mayoría dejará el examen en blanco y los que nos aventuremos a contestar (iluminados por los dioses) tendremos apenas una mínima oportunidad de haber escrito bien nuestro nombre.
"La Jefa" me hizo llorar y hasta llegué a agarrarme de los antidepresivos para poder seguir y demostrarme que no era tan estúpido, que sí podía llegar a cumplir el mínimo de exigencia que esa mente demandaba... sobreviví y quiero pensar que algo logré prenderle, de verdad, hasta los Doctores más brillantes que conocí en la Anáhuac y en toda la Legión no le llegaban a su maldad y genialidad.
Lo de mañana, corrijo: lo que sucederá en unas horas, para mi será como una máquina del tiempo, una mujer tan, pero tan parecida a aquella va a disparar a quemarropa con una sonrisa en el rostro, pero ahora me tocará estar del otro lado, en una banca y con lápiz.
Esta Doctora debe de tener como setenta y tantos años, y es rebelde, irreverente y a la vez elegante, tal y como recuerdo era La Jefa, jamás volveré a verla y mucho menos a tenerla de jefa (espero) pero haber conocido a esta Doctora me deja la certeza de que aquella será así, es como un regalo que los dioses me hacen, es la oportunidad de firmar la paz no sólo conmigo, sino con el recuerdo (futuro) de aquella pero en su versión buena.
Definitivamente el destino es un maricón, y la vida una puta con humor tremendamente negro, me encanta. Simplemente me encanta.
Jugaré al osado y me presentaré al examen sin chaleco antibalas. Igual los finales son inevitables.