14 de noviembre de 2011

EL GRAN GANADOR


Sin duda Márquez fue superior en toda la pelea, demostró gran técnica y el excelente entrenamiento que realizó así como de quienes lo trabajaron quedó de manifiesto en el ring. Por otro lado, igual y son figuraciones mías, la actitud de Pacquiao fue somera, casi de indiferencia (¿cómo podrá uno ser indiferente ante tantos millones?) e incluso me atrevo a decir burlón, entre risitas antes y después de la pelea.  Un Pacquiao que no sé si no pudo o no quiso pelear, esquivo… me cuesta trabajo creer que a alguien de ese nivel se le salga el protector bucal con un golpe de rutina (mismo que a mi sin duda me noquearía) en los últimos momentos del último round ¿hacer tiempo?  

¿Quiso Pacquiao contar un secreto a voces, cuando al final de la pelea se retiro cabizbajo mientras Márquez alzaba las manos? ¿Ya sabía él el resultado y quiso evidenciarlo? Lo que sí es que la cara de ¿sorpresa? de su esposa contrastó brutalmente con la suya de “ya lo sabía” cuando anunciaban al ganador. De los rituales del filipino ya ni hablar, él sabrá si fueron para agradecer o para pedir perdón. 

El caso es que una vez más el gran y único ganador es el de siempre: el dinero. “el único Dios verdadero” diría Don Sabina.

Primero, la belleza histórica del box, donde la clase alta contempla, en vivo y  alegremente (o en tv de paga) cómo dos sujetos, quienes normalmente, provienen de la clase social más baja se rompen todititita la madre, hasta casi matarse y si hay tal desenlace ¿mejor?, pues si no dan “todo” no valen la pena. Medio de circo romano el asunto.

Segundo, donde todos nosotros, pobres mortales, vemos la ansiada y tan anunciada pelea en televisación abierta. Una tv que nos ha saturado de comerciales y spots parta hacernos creer que ése evento (al igual que todos los de moda) son indispensables, circunstanciales, primordiales, realmente pero realmente importantes. La economía, los avances médicos, la situación política, ecológica o nacional son meras nimiedades intrascendentes en comparación a  Pacquiao vs Márquez, o ante la Selección Nacional de futbol, o ante la telenovela, o la culona en turno, o el abdomen de lavadero que más luce. ¡Carajo! Esos son los ejes del país, de la sociedad y de cada uno de nosotros, lo demás ¿qué importa?

Y ahí me quedo, porque la indignación de todo un país se está haciendo y seguirá manifiesta (hasta el próximo evento) con el hecho de que a Márquez se le quitara el titulo, al igual que hubo un país indignado cuando le anularon un gol que supuestamente fue fuera de lugar, o cuando mil situaciones trascendentales ocurren. Nos indignamos de ello pero seguiremos viendo al gran monstruo; dicen varios historiadores que si Marx viviera cambiaría su frase de “la religión es el opio del pueblo” a “la televisión es el opio del pueblo”. Seguiremos fielmente cada transmisión, cada pelea, cada partido de fut, cada novela, cada serie, cada programa, porque eso es lo importante. Son en situaciones como estas en que Mexicanos al grito de guerra muestran su coraje e impotencia, pero nunca ante esas pequeñeces de asesinatos, robos millonarios de políticos, muertes, desapariciones y demás trivialidades. Y la tv hará eco, gran eco y mucha bulla ante este nuevo “robo” porque importa, porque es indignante, porque ¿cómo dejarlo pasar desapercibido? Jamás, pero jamás veremos tanta unión ni tanta solidaridad o indignación ante violaciones, estafas, malversación de fondos, nepotismo y todas esas cosas que, insisto, no son realmente importantes.

Dijo Lennon, en alguna entrevista, que en el siglo XX ser estrella de rock  era lo que antes era ser boxeador: el único  camino que las clases bajas tenían para salir. 

La realidad es que los grandes ganadores son los de siempre, los que mueven el capital, y bien por ellos, por algo están donde están. Y no hay que condenar a todas las pobrecitas marcas que se hacen presentes, ni siquiera a la “marca” del  partido político que puso su tricolor escudo en el calzoncillo del mexicano. Sería bueno que así como apoyó a un boxeador apoyará en efectivo a la educación, o a los empresarios nacionales, o ya de perdida a una que otra institución, pero por supuesto ¿qué comparación de impacto (e importancia real) puede tener dar dinero a un boxeador que estará en las Vegas y que más de medio México verá a hacer la carretera presupuestada en el pueblo que ha sido olvidado hasta por la mano de Dios?  

Y en fin, ahora tendremos al menos toda una semana (ojalá sólo sea una) donde noticieros, “especialistas”, líderes de opinión y mil rostros de tv dirán y reiterarán que Márquez es el campeón sin corona, y habrá miles de mexicanos apoyando en redes sociales, en llamadas telefónicas o foros de opinión, así hasta que el Chicharito anote otro gol, o haya un nuevo campeón de la liguilla, u otro  Ricky Martin haga pública su homosexualidad, o la miss tv se decida a encuerarse. Porque, no sólo ese México abstracto, sino que cada mexicano tenemos bien definidas nuestras prioridades y las cuestiones de real importancia.
Lástima por el boxeo, pero sobre todo lástima por todos nosotros.


¡Y VIVA EL DEPORTE!

Paola Espinosa, la clavadita con medallas en los Olímpicos y en los recientes Panamericanos recibió una “amonestación” por parte del Comité Olímpico Mexicano y de la Jefatura de la Delegación de Juegos Panamericanos, pues cometió la grandísima falta de “no portar el uniforme oficial de la selección nacional durante la competencia individual de plataforma 10m de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011” Misma falta que el secretario de la COM calificó de “inexperiencia” ¡Claro! Una medallista que se ha costeado todo su entrenamiento, viajes y que gana medallas es novel. 

¿Qué por qué no lo usó? En palabras de la clavadista “porque no era cómodo”. Obviamente aquí no hay cuestiones de marcas, dinero o patrocinios, sino un mero patriotismo e identidad nacional de nuestros dirigentes del deporte que viajan a las Olimpiadas acompañados de sus familiares y amigos, pues el presupuesto nunca alcanza para llevar a los deportistas.

10 de agosto de 2011

Y EL AGUA MANCHA EL CHARCO DE SANGRE


Y EL AGUA MANCHA EL CHARCO DE SANGRE  inerme y deslumbrante. Tan armonioso como el estridente grito cóncavo que sólo lanzas a tu reflejo... y callas.

Sucumbes al espacio vacío de conciencia y ser.
Callas la noche, y cae en ti la palpitante y lívida oscuridad.

VOY A AMARTE ENTRE POEMAS ETERNOS


VOY A AMARTE ENTRE POEMAS ETERNOS, entre espacios sin tiempo.
Voy a enmarcar tu rostro en el cuadro de mi olvido para jamás olvidarte.
Voy a derramar mi sangre en el lago que refleja tu rostro
y a escribirte con esa tinta las cinco letras que lo dicen todo.

VI A LA ETERNIDAD


VI A LA ETERNIDAD postrada a la siniestra del Padre,
llorando lágrimas de sangre y riéndose de sí.

Vi a Dios fornicando entre nubes grises,
después lo vi amar...
Las nubes eran cada vez más grises; luego lo vi llorar.

VER COLORES QUE NO EXISTEN


VER COLORES QUE NO EXISTEN; tu existencia entre tonos.
Ideas impensables (como el aire)
Hablar, moverse y sudar tanto como un cadáver, como lo que eres.

Observar el espejo como cristal... y la nada reflejándose en ese pedazo de lodo
que se mancha con tu rostro y con tu mirada sin ojos.

9 de agosto de 2011

UNO ES



Uno es un perdedor con promesas rotas y sueños frustrados.
Un vagabundo solitario.
Un artista de la utopía.
Un hambriento de justicia, un muerto de hambre.
Uno es un fracasado con un pobre Diablo rezando
por el perdón de un Dios muerto.
Uno es un necio que existe en los huesos de una ilusión
que cuesta la vida y un poquito de muerte.

UN DÍA


UN DÍA esa voz interna que no deja de joder me dijo susurrando:

-        Mátala...

Yo asustado y temblando de miedo le dije que no.
Luego comenzó a reírse para terminar en un susurro amargo.

-       Como quieras. Entonces, Ella te matará a  ti.

TE SOÑÉ SIN TI


TE SOÑÉ SIN TI, ausente.
Apenas te veo con esta ceguera de los días obscuros
llenos de luz sin amanecer ni ocaso de tarde sin luna.

Te soñé sin imagen, sin sombra, sin recuerdo.

L I B E R T A D


Personajes:

CHAVO 1

CHAVA 2     

CHAVO 3

CHAVA 4     

CHAVO 5

MUJER 1

MUJER 2

MUJER 3

VIDA

MUERTE


ACTO ÚNICO

En proscenio cinco velas encendidas. Abajo Izquierda estará sentada la Vida. Abajo Derecha estará sentada la Muerte.


CHAVO 1.- ¡Ya! Déjenme salir

CHAVA 2.- (tapándose los oídos) ¡Cállate! ¡Cállate!

CHAVO 3.- ¡Auxilio!

CHAVA 4.- Alguien ayúdenos

CHAVO 5.- Por favor

SERÍA LO MISMO


PERSONAJES:

EL. Un chavo común y corriente, entre los dieciséis y veinte años. Viste pantalón                                                                                                de mezclilla azul, una camisa, tenis, etc.

ELLA. Una chica común y corriente, entre los dieciséis y veinte años. Viste unos jeans, top, tenis, etc.

ACTO ÚNICO

En obscuro, ruido de un carro frenando y chocando, cristales estrellados, sirenas de ambulancia, gritos, etc. Se abre la luz. Una mesa al centro con dos sillas. EL está sentado y durmiendo con la cabeza sobre la mesa. Se despierta precipitadamente. ELLA entra a escena con una charola con café para los dos. Pone las tazas sobre la mesa, se sienta.

ELLA.- ¿Otra vez soñaste con lo mismo?

EL.- ¿Y con que más se puede soñar?

ELLA.- No sé. Yo... hace mucho que no sueño.

SOÑÉ QUE LOS DIOSES RECLAMABAN MI CABEZA


SOÑÉ QUE LOS DIOSES RECLAMABAN MI CABEZA,
yo gustoso apoyaba el cuello
sobre el tronco de un árbol seco en el jardín de Zeus,
Afrodita llegaba riendo feliz y desnuda
con un hacha entre las piernas para darme vida eterna.

SON LAS OCHENTA Y TRES HORAS


SON LAS OCHENTA Y TRES HORAS, ciento cinco minutos, de la hora del limbo, del día sin  nombre y  del año sin época.

8 de agosto de 2011

SIEMPRE FUISTE EL EJEMPLO MÁS CLARO DE MI TRISTEZA

SIEMPRE FUISTE EL EJEMPLO MÁS CLARO DE MI TRISTEZA,
y tu recuerdo me hizo vivir la más triste de todos los tiempos.
Acordarme de ti era suficiente para ahogar a la Atlántida,
para oxidar mi rostro entre lágrimas y madrugadas.
Me obligaste a escribir los versos más cursis,
los más testarudos y vacíos que mi pluma haya derramado.

Hoy que te mato y que por fin te mueres,
me tranquiliza saber que nunca aprendiste a resucitar.

QUISIERA CONVERTIR TU CUERPO EN PAPEL

QUISIERA CONVERTIR TU CUERPO EN PAPEL
quisiera, pero no sé, hay algo que me detiene,
algo independiente a la conciencia.

¿Pero por qué convertirte en papel?
¿Por qué simplemente en una hoja blanca?
¿Por qué...?

QUEDARME ENTRE LUCES ETÉREAS

QUEDARME ENTRE LUCES ETÉREAS y apagado,
esfumándome a cada soplo de oscuridad que el fuego me da,
asfixiarme por el vago respiro de un terminar que no empieza y que nunca será.

Encerrarme en ésta libertad tan estrecha, como el mar. 

SILENCIO ETERNO

Desde siempre el ruido me ha parecido asqueroso, además de ensordecedor y abrumador; el ruido me produce nauseas. Con el paso del tiempo he podido controlar esta repulsión patológica hacia el ruido, sin embargo en cuanto tengo contacto con él, mi humor cambia inmediatamente ¡no soporto el ruido!

De alguna u otra manera mis oídos han generado una extraña cualidad, en las calles parecen cerrarse al ruido de los camiones, a los gritos de la gente y al sonido ambiental en general, minorizan todo este muladar de sonidos sin sentido. Sin embargo, en casa mis oídos pierden esa cualidad, se vuelven tan sensibles como cualquier otro oído y me ensordece el ruido que la familia hace para “convivir”, el ruido de la tele me irrita más que ningún otro, el de las riñas familiares me exaspera, el de la radio me marea, el de los murmullos me irrita y en general cualquier ruido que se produzca en casa me saca de quicio. Más cuando quiero un momento de tranquilad, o leer, o tener un par de minutos para el reposo de las ideas, o simplemente dormir.

TULIPANES


I
Hace algunos años traté de poner un negocio propio, mi mejor amigo me recomendaba frecuentemente poner un puesto de jugos y tortas ya que yo le había platicado a él en diversas ocasiones que fue con una jugueria y torteria como mi padre pudo sostener a la familia y unos caprichos extras.

Por alguna estúpida razón y haciendo caso omiso al consejo, a la experiencia y a la lógica, me negué tajantemente a poner mi puesto de jugos y en vez de ello puse un negocio que jamás nadie (creo que ni yo mismo hasta ese momento) se atrevería a intentar: Venta y Compra de Tulipanes. ¿Raro? Quizá... No sé explicar por qué, pero la sola palabra Tulipán me produce “algo” y hablar de Tulipanes implica hablar de ese “algo” pero en plural.

Renté un local que se acomodaba a las necesidades básicas del negocio que había  imaginado (aunque me hubiera gustado uno más grande y con más ventanas). Puse Tulipanes de todos los tamaños, desde el más pequeñito y simpático hasta el más grande y majestuoso.

La gente que pasaba por la calle miraba extrañada al local y en especial a mí. En aquel mes habré vendido si acaso dos o tres tulipancitos a un precio ridículo. Pero como mi letrero decía Venta y Compra, mucha gente venía a ofrecerme mercancía y aunque yo no tenía ni para pagar la renta del local fueron pocos los vendedores que rechacé.

Al cuarto mes estaba en banca rota, debía dos meses de renta, luz, agua, un préstamo familiar y una docena de tulipanes. Todo el dinero que tenía lo había invertido en éste negocio.

La idea del suicidio cruzó constantemente por mi cabeza, después de todo no sabía qué hacer, ¿cómo pagar tantas deudas? el banco no presta dinero tan fácilmente y mi amigo además de burlarse de mí, y restregarme un ciento de veces que la idea de la jugueria era mil veces mejor, no tenía mucho dinero como para salvarme de mis problemas económicos.

Aún recuerdo que aquella mañana del once de octubre abrí el negocio tan deprimido que no regué ni al tulipán más sediento. En todo el día (para variar) no vendí nada. Cerré el negocio y pensé que con los pesos que me quedaban podría comprar gasolina y una cajita de cerillos, regaría todo el local con gasolina después la chispa del cerillo haría el resto. La verdad la idea no me desagradó del todo pero camino a casa tropecé con una mujer de tez blanca y cabello castaño, me saludó como si ya me conociera y lo más extraño era esa sensación en mí de que yo también la conocía

– El negocio no va bien ¿verdad? –me preguntó.
– No, para nada.  –le respondí descontrolado por la confianza. 
– ¡Ánimo hombre! ¿No has pensado en vender arcoíris?
– ¿Cómo?
– Sí, arcoíris. Los tulipanes son lindos, pero poca gente en el universo vende arcoíris. Podrías exportarlos a todas partes del mundo y la noticia de que vendes colores se extendería por diferentes planetas.
– Es buena idea –le dije burlón– ¿Pero dónde puedo encontrar semillas de arcoíris 
– Ten, son ocho, una por color y ésta que no vez es la que dará vida a tu arcoíris.

Puso en mi mano unas habichuelas que guardé en la bolsa como si fueran monedas. Sonrió, me guiño el ojo y después desperté. Me levanté de la cama bastante confundió, prendí la luz y traté de poner orden en mi cabeza, el sueño había sido demasiado real. Yo no acostumbro a dormir con pijama, casi siempre duermo con la ropa que use en el día, así que metí la mano a la bolsa del pantalón.

II
Los años  han pasado, hoy ya ni siquiera vivo en el Planeta Tierra, tengo una casa en el Planeta Azul de Catorce, con un patio lleno de tulipanes. Mi esposa es aquella mujer que me dio las semillas de arcoíris, se llama Isabel y nuestro cuarto está lleno de colores.

Aquella noche que me levanté la impresión de tener las semillas que había soñado fue tanta que me desmayé, pero cuando recuperé el conocimiento salí directo al negocio, eran alrededor de las dos de la mañana pero... ¿qué podía perder? Quité de su maceta al Tulipán más grande y sembré en ella las siete semillas que había en mi bolsa esperando que entre ellas fuera aquella que no podía ver ni en sueños. Supuse que como todas las semillas había que regarlas con agua y ponerlas a la luz del sol. Así que las regué cuidando no ahogarlas y a falta de luz solar saqué la maceta a la luz de la luna. Los resultados fueron inmediatos, parecía que a las semillas les agradaba la luna, un pequeño arcoíris salió de la maceta, luego otro y otro, después de algunos minutos un ramillete de trece arcoíris habían salido de esa maceta. No lo podía creer, la idea de que quizá seguía soñando no me abandonó por  mucho tiempo. Ya no regresé a casa, dormí en el local abrazado a mi maceta de arcoíris. En la mañana, cuando desperté, el local estaba inundado de colores, había rojos por todos lados, morados por el techo, naranjas en las paredes, amarillos en el suelo, los verdes se confundían con los tulipanes de toda la tienda. No lo podía creer. Abrí el negocio lleno de fe, ese día sin duda algo tenía que vender, alguna persona debería de entrar llena de asombro y comprar un arcoíris. Después de unas horas entró un señor pequeño, no llegaba a medir ni siquiera ochenta centímetros, pero tenía una barba muy espesa, orejas puntiagudas y calzaba unas babuchas.

– Quiero un par de arcoíris –dijo con una voz ronca y sacando de su pequeño pantalón un costalito de color café– No conozco la moneda del lugar pero espero que esto tenga algún valor aquí  –caminó hacia mí extendiendo su pequeño brazo para entregarme el costalito, me hinqué para recibirlo y al abrirlo vi puras monedas de oro.
– Sin duda señor. ¿Cuántos arcoíris dice que quiere?
– Dos, pero por favor dámelos con maceta porque olvidé traer las mías.
– Sí señor –como yo no sabía despachar arcoíris lo que hice fue sacar de su maceta a dos tulipanes de tamaño mediano para entregarlselas.
– ¿Los que yo quiera? –me respondió asombrado.
– Sí… por favor
– Vaya, esto es nuevo, jamás en todo el universo alguien me había dejado escoger mis propios arcoíris, vendré a visitarte más seguido muchacho.
– Lo esperaré con mucho gusto  –tomó las macetas y puso en cada una un arcoíris.
– ¿Joven, qué son esas plantas verdes que hay en el resto del lugar?
– Se llaman tulipanes señor.
– ¿Tulipanes? Que nombre tan ridículo, tulipanes, me llevo cinco, espero que esto cubra el precio de tus tulipanes –y sin dejar de pronunciar el nombre de las plantas mientras reía me entregó otro costalito como el primero.

Era genial, el primer día que vendía arcoíris y la venta era fantástica, además había vendido cinco tulipanes, ¡cinco! eso era más de todo lo que había vendió en meses, así que con lo que el pequeño señor me había dado podría pagar mis deudas sin ningún problema.

En el resto del día llegó otro cliente, era una mujer con alas, un rostro hermoso, un cuerpo escultural y de tez gris.

– Buenas tardes –me saludó con una voz dulce.
 Buenas tardes ¿la puedo ayudar en algo?
– Sí, quiero una docena de arcoíris con macetas. Espero que esto  tenga valor en tu planeta. –dio un par de palmadas y seis mujeres muy parecidas a ella entraron con unas cajitas de madera en cada mano–  Revísalas, cada una contiene el precio que considero justo por un arcoíris.

Una de las mujeres se acercó a darme una caja y al abrirla vi que en ella había diamantes. Sin demorarme más saqué doce tulipanes de sus macetas y se las entregué vacías.

– ¡Cómo! ¿Yo escogeré mis arcoíris?
– Sí, si no le molesta
– ¿Molestarme? de ninguna manera, esto sí que es nuevo, te mandaré más compradores, eres el único en todo el universo que deja escoger los colores.

Las mujeres que habían entrado con ella me entregaron las cajitas y le ayudaron a escoger los arcoíris, cuando terminaron comenzaron a salir con las masetas.

– Disculpa –me llamó la señora– ¿Qué son esas plantas verdes que  hay en este lugar
– Son tulipanes. 
– ¿Tulipanes? Que nombre tan elegante, me llevo media docena –palmeó como la primera vez pero en esta ocasión sólo vinieron dos mujeres– Espero que esto sea pago suficiente por seis de tus tulipanes.
 Claro que sí señora.

Las mujeres me entregaron dos cajas más, al igual que las otras estaban llenas de diamantes.

Aquel día los clientes siguieron llegando, sin embargo ningún humano entró, siempre venían de otros mundo, de otras razas que, para mi sorpresa, después me enteré vivían en la tierra, como aquel pequeño hombre que decía ser un duende viejo.

Casi todos los que venían a comprar arcoíris se llevaban al final algunos tulipanes, cuando sabían el nombre a unos les daba risa, a otros les parecía elegante, otros pensaban que era nombre de persona, otros de animal, hubo incluso a quienes les dio miedo el sólo nombre pero aun así se lo llevaban, decían que para asustar visitas indeseables. Conocí infinidad de seres: duendes, ninfas, elfos, brujas (algunas hermosas y con más de una tuve excelentes noches) unicornios, y sin fin de razas que creo jamás acabaría de nombrar; pero un día llegó una joven hermosa de tez blanca y cabello castaño, me enamoré de ella en cuanto entró a la tienda, me dijo que sólo quería ver pero me gustó tanto que le regalé un pequeño arcoíris y la invité a salir cuando tuviese tiempo…

Hoy ella y yo tenemos varias sucursales de compra-venta de tulipanes y venta de arcoíris por todo el universo, sin embargo sólo en la tierra no prosperó nada bien ningún giro, parece que el hombre vive feliz entre tonos grises y obscuros, a diferencia de las demás especies que habitan en el universo no quiere saber de colores.



7 de agosto de 2011

SILOGISMO

Cuando abrí la puerta de mi habitación para entrar en ella, me encontré con que ya estaba dentro, pero como no lo recordaba entré y me vi a mi lado

El tiempo pasó y envejecí conmigo ahí dentro. A veces traté de hacerme plática pero  siempre pudo más mi silencio.

Cuando dormía lo hacía conmigo y casi siempre tenía pesadillas; al despertar me daba cuenta de que ya había despertado.

DIOS HIJO -Blasfemia-


I

La Creación era sólo un juego, quería jugar
y cuando Él quería algo no le importaba nada,
el precio era lo de menos, Él lo podía pagar todo.

Empezó por crear a alguien con quien fornicar.
Pasaron minutos para que Ella se diera cuenta de quién era Él,
le tuvo mucho miedo y le juró odio eterno.
Él la desterró para siempre.
Volvió a la Creación, pero esta vez estaba furioso
y la soberbia era mayor que de costumbre.

-          Ahora será alguien igual a mí; a mi imagen y semejanza.

A L Q U I M I A -Ensayo Escénico-

gracias al Fantasma
por ser el Demiurgo de estas alas...



Gracias al Maestro Jesús Araujo Valle
por haber creído hasta el último día
Por enseñarme que el verdadero Teatro
más que texto y escena es una filosofía de vida.

¡Grande entre los Grandes Chucho Valle!
Yo sólo estaba leyendo el periódico y tú hiciste la Alquimia
No moriste Maestro
con tu mutis sólo regresaste allá de los aplausos.





PERSONAJES:

-       ALEJANDRO (VOZ)
-       AMELIA
-       ANA
-       VOZ



PRIMER  ACTO

Se desarrollará con el telón cerrado. La escena únicamente será ocupada por la Voz. También puede manejarse con un sujeto vestido totalmente de negro y sentado en proscenio desde donde dirá el parlamento, pero con el telón cerrado.

VOZ.- Normalmente te rogaría y te suplicaría que me quisieras, que me escribieras  y que simplemente me dieras una oportunidad, pero como tú no eres normal, sólo te diré: suerte y cuídate. Y mientras sigas envuelta en toda esta mierda, trata al menos de salvarte.  

LA PRISIÓN


PERSONAJES:

-       ELLA
-       EL


ACTO UNICO

Una mesita abajo izquierda, donde EL estará sentado y fumando. Al extremo contrario ELLA  encerrada en “algo” que pretenda ser una jaula.

ELLA.- Déjame salir

EL.- ¡No!, no... Quédate ahí.

ELLA.-Por favor, déjame salir

EL.-No

ELLA.- Pero...

EL.- ¡Cállate! No hables, por favor cállate... (Ella calla) lo ves, es mejora así , los sonidos del silencio...

ELLA.- Pueden aturdir a cualquiera.

6 de agosto de 2011

NI CONTIGO, NI SIN TI

a mi Madre y mi Padre

 PERSONAJES:
 -       GRISELL: Bruja solterona, desesperada por casarse
 -       CUC: Amiga de Grisell. Casada.
 -       MARÍA: Mortal a punto de casarse.
 -       MARIBEL: Amiga de María. Casada.
 -       EDUARDO: Esposo de Maribel.
 -       LALITO: Hijo de Maribel.


PRIMER ACTO

Fondo negro. Semi oscuro. Un caldero en proscenio, donde Grisell hará su pócima.

GRISELL.- Ahora bien, crearé al hombre perfecto: fiel, sobrio, inteligente, responsable (comienza a echar hierbas y polvos al caldero) Fracasé en la alquimia, no pude encontrar la piedra filosofal, ni el secreto de la vida eterna, pero ahora no voy a fallar, lo voy a lograr (haciendo el conjuro) Patas de rana, ojos de sapo, boca de la mantis. Si logro esto, seré recordada y reconocida  por generaciones y generaciones. Ya lo imagino, casi lo puedo oír ¿Recuerdas a aquella bruja, a la que nadie quería, con la que nadie quería casarse? ¿Recuerdan a Grisell, a la que creó al  hombre perfecto? (ríe) Muy bien, si todo sale de acuerdo al plan, el último ingrediente es este. Ahora  sólo tengo que agitar, dejar que hierva, vaciarlo en el molde y dejarlo reposar diez mil años para que cuaje (ríe). Soy  la mejor bruja que ha existido; esto es mejor que crear dragones  mata  princesas. Será  perfectamente domesticable, obediente. No será exigente, ni sarcástico y lo más importante, ya no voy a estar solita en las  noches.

CUC.- (entrando a escena) ¿Y ahora con qué poción estas experimentando Grisell? No me digas que otra vez andas con eso de “obtenga placer a través de pócimas”