17 de junio de 2016

TEMBLORES (Te extraño -fin del comunicado-)

La anterior fue una semana de temblores, soy malo improvisando,  siempre he tenido poca tolerancia a la frustración, hasta para improvisar hay que tener ciertas bases, creo, y uno tan pobre que se malacostumbra a escribirlo todo, para que al menos la peor versión de ello termine sucediendo. Pero un mapa por mal trazado que esté me da más seguridad que no llevar la peor brújula. Además entre las clases, el teatro y el video aprendí que los que suelen valer la pena son aquellos trabajos que tienen un argumento planeado, trabajado.

Dice el vocalista de Vetusta Morla que él ve los temblores como una liberación de energía, porque algo necesitaba reacomodarse. Yo sólo veo cómo todo se desmorona, cambia de forma y extraños gestos van formando ecos de risas burlonas.

Hay días en que simplemente no encuentras de dónde agarrarte, y lo único bueno son ese par de amigos y que a pesar de ser cada vez más viejo uno aún puede darse el lujo de encontrar a gente a quién extrañar, aunque al final uno sabe que eso no es nada bueno pero la ilusión de que cuando le veas, de alguna extraña o mágica forma, todo se reacomodará. ¿Qué sería de la vida sin esas mentiras?


Al final, lo único que en verdad ahí está, y no se irá pese a los temblores que pasen son estos vicios: letras, café y cigarro. Lo demás ya es ganancia.  Uno, definitivamente es muy malo en eso de ser sobreviviente. 

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