3 de febrero de 2018

LA ACTUAL CDMX DE MANCERA

El martes, por ahí de las dos y cacho de la tarde, dos personas se subieron  casi en la esquina del Metrobus Dr. Gálvez, uno le puso la navaja al chofer en la garganta: − ¡Cierra las puertas y avánzale cabrón! El otro, con la pistola dentro de la chamarra fue el que habló:

    Yo soy el líder de los dulceros de por aquí, mis muchachos me pagan para darles protección, pero ayer una rata se subió aquí así como nosotros y balaceó a uno de mis muchachos, ahorita está hospitalizado y no tengo para pagar todo, ni el hospital ni el poli al que le pagamos cuota nos quieren hacer paro, así que si no nos ayudan le van a ir a hacer compañía a mi muchacho.

El de la navaja le quitó al chofer lo que llevaba en la marimba luego le pasó charola a los de enfrente, el que habló empezó de atrás para adelante, y sin mencionar las manoseadas que les dieron a las mujeres, sí, a los que no traían o no le daban dinero les quitaron el celular.

El miércoles, como a las tres de la tarde, antes de que el camión agarrara El Pedregal, se subieron otros dos, el primero se fue hasta atrás y el que se quedó enfrente sacó la pistola, un pasajero intentó bajarse y el del arma lo agarró para sentarlo de un golpe en el pasillo.

    − Todos cooperando y aquí nada pasó.

Se bajaron antes de entrar a El Pedregal.

Hoy una compañera de la Universidad que vive por Barranca del Muerto estaba contando que ayer escuchó los balazos del camión que iba enfrente de ella y alcanzó a ver cómo dos tipos se bajaron corriendo, el tránsito se detuvo. Cuenta que todos los pasajeros decían lo mismo:

        − Lo mataron porque no traía nada para darles.

Que incluso después de balearlo los rateros lo revisaron de pies a cabeza, y en efecto, no traía nada, ni celular. Hoy la chica tenía miedo de regresar a su casa.

A otro compañero de la Universidad, hace unas horas, sin temerla ni deberla, le balacearon su casa.

En febrero del 2017 me encañonaron en pleno Periférico a las seis de la mañana porque el celular que me estaban robando era “una chingadera” para el ratero. A finales del año a una compañera la asaltaron justo enfrente del Colegio de México.

En los periódicos se habla no ya sólo de asaltos, sino hasta de unidades de transporte público quemadas, y de violaciones.

Las desapariciones forzadas, el asesinato a periodistas y sociedad civil, el incremento de la inseguridad a nivel nacional fueron realidades de la militarización que Calderón impuso, nuestro actual Ejecutivo, con su acostumbrado cinismo,  hace oficial, y con fanfarrias, la continuación de la dictadura  −seguramente con  playera blanquiazul para jugar a la alternancia− aprobando la Ley de Seguridad Interior. Mientras, la policía de la ahora CDMX brilla no sólo por su ausencia sino por llevar la corrupción a niveles que quizá ni el Negro Durazo imaginó.

Si además de esmerarse en privatizar la Ciudad y hacer gala de esa vanidad que abrumaría al mismo Narciso, Miguel Ángel Mancera hubiera cuidado un poquito al extinto DF  en vez de apuñalarlo la Ciudad no sería la tragedia que es hoy.

Gracias a Mancera hasta el más ateo, hoy por hoy, trae el Jesús en la boca mientras va por las calles de esta Ciudad. Leer La Virgen de los Sicarios en el transporte público de la mancerista CDMX supera por mucho el miedo psicológico de haber leído Eso de Stephen King y luego meterse a bañar o encarar a un payaso.

Da miedo ver que la expareja sentimental de este hombre (con departamento de casi un millón de dólares en Miami) quiere quedarse a cargo de la Ciudad que él masacró, sin embargo, quien sea que llegue a gobernar lo que un día fue el DF se encontrará un lugar hecho pedazos, reconstruirla parece más bien una tarea casi imposible.

Entregarla legalmente al crimen organizado a través de las siguientes elecciones es quizá parte de las esperanzas neoliberales de PRI, PAN y PRD, por ello, en estas votaciones el chilango tendrá que renacer o aceptar que ya es otro Estado de México, una ciudad más a merced del crimen organizado desde los partidos políticos que han llevado al país a ser la piltrafa que es hoy.





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