A diferencia de otros países de
América Latina, México no ha pasado por una dictadura explícita, es decir, los
más de setenta años que el PRI se mantuvo en el poder de manera ininterrumpida,
incluyendo todos los fraudes y asesinatos cometidos dan coherencia a las
palabras de Vargas Llosa: "México es la dictadura perfecta […] Tiene las
características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un
partido. Y de un partido que es inamovible"[1]. No se equivocó, ese
partido único encontró que cambiándose
la playera podía disfrazar su inamovilidad. Los colores blanquiazules
demostraron en tan sólo dos sexenios a la tricolor camiseta que el país
aguantaba mucho más de lo que ellos había creído en años, el PAN destruyó al
país lo que al PRI le hubiera tardado al menos tres o cuatro estancias en Los Pinos; el inicio de las privatizaciones al por mayor y de la militarización
fueron los puntos ejes de esa docena trágica.
“La guerra es la
continuación de la política por otros medios”[2] exponía un estratega y muy estructurado Clausewitz,
así, con una nula política para encarar el problema del narcotráfico, quizá la
guerra peor planeada en toda la historia lleva a uno a especular si el autor de
La Estela De La Corrupción lejos de querer erradicar un problema enorme quería más
bien acaparar el mercado para él y los suyos.
En el 2012 el PRI regresó
a sus colores originales, para no quedarse atrás y llevar a otro nivel la cátedra
neoliberal que el PAN dio, las reformas estructurales del actual presidente han
buscado la privatización del país, incluso de su educación. Y con la nueva Ley
General de Desarrollo Forestal Sustentable, la explotación de bosques y selvas
en el país ya es también una realidad. Y como olvidar a Mancera, que resultó más priista que Beatriz
Paredes, no sólo casi duplicando el precio del boleto del metro, sino que logró
la privatización de varias calles con sus parquímetros, sin contar que su maravillosa idea de cambiar
el nombre de DF a CDMX no sólo no solucionó el problema de la inseguridad sino
que al desatender algo crucial por su afán de querer crear una marca comercial y seguir siendo portada de revistas tipo Vanidades o Tú las cosas
se pusieron mucho peor:
“Información de la
Procuraduría General de la Ciudad de México revela que, de enero a julio de
2017, se denunciaron en total 115 mil 34 delitos del fuero común. En promedio
son 547 nuevos delitos denunciados cada día, o lo que es lo mismo, un nuevo
ilícito reportado cada tres minutos.
Lo anterior significa un
incremento general de la incidencia delictiva en la ciudad del 12.7% en este
año, en comparación con 2016. De enero a julio del año pasado se habían
denunciado casi 14 mil delitos menos que en 2017.
Lo anterior sin olvidar
que, de acuerdo con datos del INEGI, el 90% de los delitos en realidad no se
denuncian, y no aparecen en los registros oficiales”.[3]
Sin embargo ahora también
pareciera que a la dictadura se le agotó el disfraz. Ante el manifiesto descontento de todo el pueblo y de que otro fraude electoral está siendo
anunciado con marquesinas luminosas priistas, panistas y allegados están alistándose
para las elecciones del 2018 terminando de confeccionar el traje nuevo del
emperador. Así, previendo que no hay dinero que alcance, por ley, han hecho
ahora de las fuerzas armadas el ejército
particular del presidente.
En pleno post terremoto
del 19 de septiembre el músico Hikuri PM decía: “Ante lo evidente... El
problema con las fuerzas armadas es que prestan juramento de lealtad al
Ejecutivo; no al pueblo de México”. Y así es, independientemente de todo el
robo descarado que los políticos hicieron de las donaciones que personas,
empresas y ayuda internacional dio, ahora por ley (y previendo la inconformidad,
y habiendo visto como el pueblo es capaz de organizarse) las desapariciones
forzadas ya no lo serán, ahora es una facultad de las fuerzas armadas,
cualquier manifestación pacífica podrá terminar con más de 43 desaparecidos
porque la ley así lo estipula.
Decían que las redes
sociales no eran un medio para formular un cambio, incluso hubo spots que
trataron de convencernos de ello, que postear o compartir algo no cambiaría en
nada las cosas (los productores de La Rosa de Guadalupe queriéndole corregir la
plana a Don Manuel Castells), el 14 de diciembre del 2017 por iniciativa de los
diputados del PRI se aprobó la modificación al Código de lo Civil, y ellos
mismos tuitearon: “Aprobada reforma al Código Civil Federal para precisar que
se considerará como hecho ilícito la comunicación, a través de cualquier medio,
de un hecho cierto o falso que pueda causar deshonra, descrédito, perjuicio o
exponer al desprecio de alguien. Pasa al Senado #LoHacemosPorTi”. Es decir, denunciar actos de corrupción ahora
es ilegal. Si ya el periodismo serio era un acto de valentía absoluta, en este
país donde el gobierno asesina periodistas veraces en vez de encarcelar
delincuentes, ahora difundir la verdad es un crimen.
Decir la verdad ya está
prohibido, Bertol Brech escribió: "Bajo los gobiernos que prodigan abusos,
razonar se considera cosa vil […] pensar, en general, se considera cosa vil y
desacredita. No se enseña a pensar y donde el pensamiento se manifiesta, se
persigue”[4]. Por eso la reforma al Código Civil Federal,
que los diputados del PRI cacarean con alegría, prohíbe difundir la verdad, por
eso la Ley de Seguridad Interior
desaparecerá o asesinará a todos aquello que se atrevan a razonar y
manifestar su descontento. Así, por
absurdo que pueda parecer, hemos llegamos al punto donde pensar y decir la
verdad está prohibido por la ley.
México no había tenido una
dictadura abierta, quizá la preocupación de los gobiernos panistas por eliminar
materias de humanidades era esto, desconocer la historia, no sólo la propia,
sino la del continente. Nos toca
presenciar un momento histórico, si bien la sangre ha venido corriendo desde
hace años, nunca se había hecho público y “por ley” que el gobierno tuviera
derecho a matar al pueblo.
Cuando Dalí regresó a
España de su viaje a México dijo que jamás volvería porque no soportaba que un
país fuera más surrealista que su obra. Cuando por fin las fuerzas armadas
lograron abatir al “Ojos” de Tláhuac no fue poca la población que mostró
abiertamente su solidaridad con él porque “apoyaba a las personas”. Más de 500
años han pasado de la conquista, pero al parecer a los mexicanos se nos quedó
lo agachón como táctica de supervivencia, y a falta de Zapa o Villa, pareciera que la única esperanza del pueblo
mexicano, tan malinchista, es que alguien venga a salvarnos; aunque si al final resulta que de
los narcos (no del narcopolítico) sea de quienes nazca la nueva revolución
podremos recordar a Dalí con creces.
¿Noticias buenas?
Probablemente en este mundial el PRIAN compre la Copa del Mundo para México,
con eso al pueblo que grita más fuerte y unido un gol o un “no era penal” que
la denuncia de bebés quemados vivos, indígenas masacrados, violaciones,
asesinatos, desapariciones, y que soporta la nula seguridad social además de
precios exorbitantes en comparación de un salario mínimo que parece más bien burla, le sobrará para
olvidar la indignación y un sexenio más de dictadura.
[1] El
País, Vargas Llosa: "México es la dictadura perfecta", en: https://elpais.com/diario/1990/09/01/cultura/652140001_850215.html
[consultado el 26/12/2017)
[2] Clausewitz,
en: Raúl Benítez Manaut, La teoría militar y la guerra civil en El Salvador, UCA
Editores, San Salvador, 1989.
[3] Arturo
Angel, Inseguridad crece en 11 delegaciones de CDMX; Tláhuac y Cuauhtémoc, con
la mayor alza criminal, en: http://www.animalpolitico.com/2017/08/inseguridad-delegaciones-cdmx/
[consultado el 26/12/2017]
[4] Bertol
Brech, Cinco dificultades para quien escribe la verdad.
1 comentario:
Suscribo. Solo un pequeño detalle, desconozco si es a propósito:"y a falta de Zapa o Villa"
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