1 de enero de 2018

EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR MEXICANO

A diferencia de otros países de América Latina, México no ha pasado por una dictadura explícita, es decir, los más de setenta años que el PRI se mantuvo en el poder de manera ininterrumpida, incluyendo todos los fraudes y asesinatos cometidos dan coherencia a las palabras de Vargas Llosa: "México es la dictadura perfecta […] Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inamovible"[1]. No se equivocó, ese partido único  encontró que cambiándose la playera podía disfrazar su inamovilidad. Los colores blanquiazules demostraron en tan sólo dos sexenios a la tricolor camiseta que el país aguantaba mucho más de lo que ellos había creído en años, el PAN destruyó al país lo que al PRI le hubiera tardado al menos tres o cuatro estancias en Los Pinos; el inicio de las privatizaciones al por mayor y de la militarización fueron los puntos ejes de esa docena trágica.
“La guerra es la continuación de la política por otros medios”[2] exponía un estratega  y muy estructurado Clausewitz, así, con una nula política para encarar el problema del narcotráfico, quizá la guerra peor planeada en toda la historia lleva a uno a especular si el autor de La Estela De La Corrupción lejos de querer erradicar un problema enorme quería más bien acaparar el mercado para él y los suyos.
En el 2012 el PRI regresó a sus colores originales, para no quedarse atrás y llevar a otro nivel la cátedra neoliberal que el PAN dio, las reformas estructurales del actual presidente han buscado la privatización del país, incluso de su educación. Y con la nueva Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, la explotación de bosques y selvas en el país ya es también una realidad. Y como olvidar a  Mancera, que resultó más priista que Beatriz Paredes, no sólo casi duplicando el precio del boleto del metro, sino que logró la privatización de varias calles con sus parquímetros,  sin contar que su maravillosa idea de cambiar el nombre de DF a CDMX no sólo no solucionó el problema de la inseguridad sino que al desatender algo crucial por su afán de querer crear una marca comercial y seguir siendo portada de revistas tipo Vanidades o las cosas se pusieron mucho peor:

“Información de la Procuraduría General de la Ciudad de México revela que, de enero a julio de 2017, se denunciaron en total 115 mil 34 delitos del fuero común. En promedio son 547 nuevos delitos denunciados cada día, o lo que es lo mismo, un nuevo ilícito reportado cada tres minutos.
Lo anterior significa un incremento general de la incidencia delictiva en la ciudad del 12.7% en este año, en comparación con 2016. De enero a julio del año pasado se habían denunciado casi 14 mil delitos menos que en 2017.
Lo anterior sin olvidar que, de acuerdo con datos del INEGI, el 90% de los delitos en realidad no se denuncian, y no aparecen en los registros oficiales”.[3]

Sin embargo ahora también pareciera que a la dictadura se le agotó el disfraz. Ante el manifiesto descontento de todo el pueblo y de que otro fraude electoral está siendo anunciado con marquesinas luminosas priistas, panistas y allegados están alistándose para las elecciones del 2018 terminando de confeccionar el traje nuevo del emperador. Así, previendo que no hay dinero que alcance, por ley, han hecho ahora de las fuerzas armadas el  ejército particular del presidente.
En pleno post terremoto del 19 de septiembre el músico Hikuri PM decía: “Ante lo evidente... El problema con las fuerzas armadas es que prestan juramento de lealtad al Ejecutivo; no al pueblo de México”. Y así es, independientemente de todo el robo descarado que los políticos hicieron de las donaciones que personas, empresas y ayuda internacional dio, ahora por ley (y previendo la inconformidad, y habiendo visto como el pueblo es capaz de organizarse) las desapariciones forzadas ya no lo serán, ahora es una facultad de las fuerzas armadas, cualquier manifestación pacífica podrá terminar con más de 43 desaparecidos porque la ley así lo estipula.
Decían que las redes sociales no eran un medio para formular un cambio, incluso hubo spots que trataron de convencernos de ello, que postear o compartir algo no cambiaría en nada las cosas (los productores de La Rosa de Guadalupe queriéndole corregir la plana a Don Manuel Castells), el 14 de diciembre del 2017 por iniciativa de los diputados del PRI se aprobó la modificación al Código de lo Civil, y ellos mismos tuitearon: “Aprobada reforma al Código Civil Federal para precisar que se considerará como hecho ilícito la comunicación, a través de cualquier medio, de un hecho cierto o falso que pueda causar deshonra, descrédito, perjuicio o exponer al desprecio de alguien. Pasa al Senado #LoHacemosPorTi”.  Es decir, denunciar actos de corrupción ahora es ilegal. Si ya el periodismo serio era un acto de valentía absoluta, en este país donde el gobierno asesina periodistas veraces en vez de encarcelar delincuentes, ahora difundir la verdad es un crimen.
Decir la verdad ya está prohibido, Bertol Brech escribió: "Bajo los gobiernos que prodigan abusos, razonar se considera cosa vil […] pensar, en general, se considera cosa vil y desacredita. No se enseña a pensar y donde el pensamiento se manifiesta, se persigue”[4].  Por eso la reforma al Código Civil Federal, que los diputados del PRI cacarean con alegría, prohíbe difundir la verdad, por eso la Ley de Seguridad Interior  desaparecerá o asesinará a todos aquello que se atrevan a razonar y manifestar su descontento.  Así, por absurdo que pueda parecer, hemos llegamos al punto donde pensar y decir la verdad está prohibido por la ley.
México no había tenido una dictadura abierta, quizá la preocupación de los gobiernos panistas por eliminar materias de humanidades era esto, desconocer la historia, no sólo la propia, sino la del continente.  Nos toca presenciar un momento histórico, si bien la sangre ha venido corriendo desde hace años, nunca se había hecho público y “por ley” que el gobierno tuviera derecho a matar al pueblo.
Cuando Dalí regresó a España de su viaje a México dijo que jamás volvería porque no soportaba que un país fuera más surrealista que su obra. Cuando por fin las fuerzas armadas lograron abatir al “Ojos” de Tláhuac no fue poca la población que mostró abiertamente su solidaridad con él porque “apoyaba a las personas”. Más de 500 años han pasado de la conquista, pero al parecer a los mexicanos se nos quedó lo agachón como táctica de supervivencia, y a falta de Zapa o Villa,  pareciera que la única esperanza del pueblo mexicano, tan malinchista, es que alguien venga a  salvarnos; aunque si al final resulta que de los narcos (no del narcopolítico) sea de quienes nazca la nueva revolución podremos recordar a Dalí con creces.
¿Noticias buenas? Probablemente en este mundial el PRIAN compre la Copa del Mundo para México, con eso al pueblo que grita más fuerte y unido un gol o un “no era penal” que la denuncia de bebés quemados vivos, indígenas masacrados, violaciones, asesinatos, desapariciones, y que soporta la nula seguridad social además de precios exorbitantes en comparación de un salario mínimo que parece más bien burla, le sobrará para olvidar la indignación y un sexenio más de dictadura.






[1] El País, Vargas Llosa: "México es la dictadura perfecta", en: https://elpais.com/diario/1990/09/01/cultura/652140001_850215.html [consultado el 26/12/2017)
[2] Clausewitz, en: Raúl Benítez Manaut, La teoría militar y la guerra civil en El Salvador, UCA Editores, San Salvador, 1989.
[3] Arturo Angel, Inseguridad crece en 11 delegaciones de CDMX; Tláhuac y Cuauhtémoc, con la mayor alza criminal, en: http://www.animalpolitico.com/2017/08/inseguridad-delegaciones-cdmx/ [consultado el 26/12/2017]
[4] Bertol Brech, Cinco dificultades para quien escribe la verdad.

1 comentario:

Unknown dijo...

Suscribo. Solo un pequeño detalle, desconozco si es a propósito:"y a falta de Zapa o Villa"