8 de agosto de 2011

QUISIERA CONVERTIR TU CUERPO EN PAPEL

QUISIERA CONVERTIR TU CUERPO EN PAPEL
quisiera, pero no sé, hay algo que me detiene,
algo independiente a la conciencia.

¿Pero por qué convertirte en papel?
¿Por qué simplemente en una hoja blanca?
¿Por qué...?


Mejor te convertiré en un libro
así podré leerte y  acariciarte
cada que tú y tu lectura me hagan falta.

Y en la lectura (sólo en la lectura)
veré y acariciare tus puntos, tus diéresis, tus comas.
Amaré esas comas porque en ellas me detendré
para tomar aire y continuar.
Retomaré la lectura esperando encontrar más puntos
para que así mis pausas sean cada vez más largas,
mis pausas... tus pausas... benditas  pausas.

Rezaré para que jamás aparezca tu punto final,
y si algún día apareciera o yo llegara a él sin querer,
me daría igual, porque te cerraría para volverte a abrir.

Y si por azares del destino
me aburriera de ese néctar literario, entonces...
Entonces arrancaría una a una tus hojas
y con el filo de cada una me cortaría las venas 
porque terminado el libro, también debe terminar el lector.

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