8 de agosto de 2011

SIEMPRE FUISTE EL EJEMPLO MÁS CLARO DE MI TRISTEZA

SIEMPRE FUISTE EL EJEMPLO MÁS CLARO DE MI TRISTEZA,
y tu recuerdo me hizo vivir la más triste de todos los tiempos.
Acordarme de ti era suficiente para ahogar a la Atlántida,
para oxidar mi rostro entre lágrimas y madrugadas.
Me obligaste a escribir los versos más cursis,
los más testarudos y vacíos que mi pluma haya derramado.

Hoy que te mato y que por fin te mueres,
me tranquiliza saber que nunca aprendiste a resucitar.

No hay comentarios: