DESPUÉS DE HABERME ENFRENTADO
a más grandes y mejores depredadores,
ahora ya no emprendo la carrera del despavorido
cuando me encuentro ante uno
de estatura media o alguno pequeño.
Pero eso sí, nunca dejo de tomar mis precauciones.
Y aunque he vencido a gigantes, dragones,
criaturas que me invento y una que otra pesadilla,
aún quedo aturdido y anonadado
ante la maldad, poder y perversión
de aquel bípedo que se auto nombra humano.
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