6 de agosto de 2011

SOLEDADES


PERSONAJES:


-       Z

-       CERO

-       VIEJO



ACTO UNICO

Un telescopio y unas sillas que estarán sobre una tarima en la cual también habrá una mesita donde el vigilante que se encuentre ante al anteojo pueda hacer notas El Vigilante se encuentra trabajando, entra su compañero

Z.- Buenas noches Cero

CERO.- Buenas noches Z

Z.- ¿Qué sucede? ¿Qué es tan urgente que no podía esperar hasta mañana?

CERO.- Sucede que hay algo nuevo.

Z.- Donde hay luz no puede haber nada nuevo.

CERO.- ¿Y donde no hay?

Z.- Explícate.

CERO.- Velo tu mismo. Que tus ojos no te traicionen.

Z.- ¿Qué? (mirando por el telescopio)

CERO.- Latitud: un millón doscientos mil años luz al noroeste. Altitud: cinco minutos tres punto cero ocho segundos hacia el sur. Ubicación: sistema solar.


Z.- Eso es imposible. Esto es imposible.

CERO.- No lo es, lo estás viendo.

Z.- Ese planeta debe ser nuevo, nunca antes lo habíamos visto. Pero, es imposible que un planeta se forme en tan poco tiempo

CERO.- Quizá siempre ha estado ahí y...

Z.- No digas tonterías Cero, hemos estado en este puesto por mucho tiempo, siempre cumplimos con la rutina de búsqueda y revisión, nunca, en todos este tiempo habíamos visto esto.  Ahora sólo falta que me digas que en ese planeta hay vida.

CERO.- Es que...

Z.- ¿Qué?

CERO.- Enfoca nuevamente, mira bien. Voy a aumentar la resolución al máximo.

Z.- No es posible, simplemente esto no es posible.

CERO.- Aun no he notificado a la guardia. Quise que tú y el Viejo lo vieran antes que nadie. Quizá sea bueno que esto quede como hasta ahora.
                                                                
Z.- ¿Entonces también llamaste al Viejo?

CERO.- Si, no ha de tardar en llegar. Él mejor que nadie sabrá que hacer en esta situación.

Z.- No hay mucho qué hacer, únicamente tienes que poner esto en la bitácora y notificar a la guardia.

VIEJO.- (entrando) Hagas lo que hagas Cero, la guardia no puede enterarse de esto. Buenas noches Z. ¿A ver? No puedo creer que sigan ahí. ¡Ay Cero! nuevamente me sorprendes, no creí que algún vigilante lograra encontrarlo.

Z.- ¿O sea que usted ya lo sabía?

VIEJO.- ¿Saberlo? Yo los cree.

Z.- ¿Qué usted qué?

VIEJO.- Quizá debí de esconderlos mejor, así ni siquiera tú los hubieras podido encontrar. Pero en fin, ni hablar, el hubiera es un tiempo inexistente.

CERO.- ¿Qué usted los creo? No entiendo.

VIEJO.- No, pero ya entenderás. Desafortunadamente lo entenderás. Z, podrías por favor traerme algo de beber.

Z.- Si (sale rápidamente)

VIEJO.- Y tu Cero ¿Tendrás algo de opio?

CERO.- No señor.

VIEJO.- Sí, tú no eres como yo. Eso es bueno.

CERO.-  Me queda algo de tabaco, si gusta.

VIEJO.- Sí, lo que sea está bien. Gracias.

Z.- (entra) Aquí esta, con cuidado, está algo caliente.

VIEJO.- Gracias. (se sienta, preferentemente en proscenio, comienza a beber y a fumar)  Al igual que ustedes dos, yo también fui vigilante de joven. Claro, eso fue hace muchos años.

Z.- Eso ya lo sabemos.

CERO.- Y que fue uno de los mejores.

VIEJO.- Gracias Cero. En aquellos tiempos, la República aun no era como ustedes la conocen.

CERO.- ¿Quiere decir qué...?

VIEJO.- Quiero decir que nada es eterno Cero. Hay ciclos, etapas, todo está en constante cambio. La evolución es parte de un proceso. Y para muestra basta mirarnos y mirar este planeta.

Z.- Una vez leí que la República es uno de los planetas más viejos.

VIEJO.- Quizá lo sea, al menos para mí lo es. No sabía que leyeras Z. Aun recuerdo cuando emprendimos la búsqueda, fue un viaje largo, un camino muy penoso y lleno de intrigantes. Cruzamos fronteras inexistentes, nadamos entre pantanos de cristales. Dormíamos sin sueño. Cuando había que comer, lo hacíamos sin hambre. Peleamos contra sombras y reflejos; muchos murieron en la búsqueda, pero otros ni siquiera lo intentaron. Cuando nos cansamos de buscar, encontramos este lugar, este planeta.

CERO.- ¿Y, qué era lo que buscaban?

VIEJO.- No lo sé Cero, te juro que no lo sé. Pero cuando llegamos aquí, todos estábamos confundidos, no sabíamos quiénes éramos, muchos ni siquiera recordaban de dónde venían, la mayoría sólo queríamos descansar, estábamos exhaustos.

Z.- ¿Lo que nos está diciendo es qué usted es algo así cómo un pionero, un iniciador?

VIEJO.- Algo así. En fin, después de haber descansado, comenzamos a construir lo que ustedes conocen como la Republica. Comenzamos por lo más difícil: por el principio. Después...

CERO.- Disculpe que lo interrumpa, pero eso no nos dice mucho sobre esto. 

VIEJO.- Tienes razón Cero, lo siento, tengo la mala costumbre de divagar. Pero no tengas prisa, todo a su tiempo, todo a su tiempo. Una de las primeras construcciones fue este lugar: el observatorio. Recuerdo muy bien que éramos tres vigilantes, el primero de ellos, se llamaba Adán, luego me nombraron a mí y finalmente apareció ella.

CERO.- ¿Ella?

VIEJO.- Ella, la causante de que ese planeta esté ahí.

Z.- Entonces usted no creo ese planeta sino... ¿Cómo dice que se llamaba?

VIEJO.- Eva.  Adán y yo la conocimos por el nombre de Eva. Y viendo las cosas desde otro punto de vista Z, tienes razón, fue Eva quien creó ese planeta.

CERO.- Sigo sin entender.

VIEJO.- Adán era mi mejor amigo, ambos éramos vigilantes. Ustedes me recuerdan  mucho nuestra juventud y nuestra amistad. Eva era hermosa, es la mujer más linda que he conocido hasta hoy, sus ojos eran como la luna, sus cabellos dorados parecían ser rayos del sol, su boca...

Z.- La luna es luna y nada más.

CERO.- Al igual que el sol es sol. A veces hay que llamar a las cosas por su nombre.

VIEJO.- El punto es que me enamoré de Eva, me enamoré perdidamente. Por ella  aprendí a crear estrellas; hacía cometas sólo para ella, le regalaba amaneceres...

CERO.-  No sabía que eso fuese posible.

VIEJO.- Por amor todo es posible Cero. Incluso aprendí a hacer mares y ríos.

Z.- ¡Agua! ¿Usted sabe cómo hacer agua?

VIEJO.- Por  amor todo es posible.

CERO.- Entonces, no existe mayor poder que el amor.

VIEJO.- Ni mayor mentira.

Z.- ¿Cómo?

VIEJO.- Existe una fuerza más poderosa que el amor, mucho más. Con ella puedes destruir y crear a tu antojo, hacer y deshacer.

CERO.- ¿Y cuál es esa fuerza? ¿De dónde proviene semejante poder?

VIEJO.- Proviene de uno mismo y se llama soledad. A pesar de que yo amaba a Eva locamente, ella se enamoró de Adán, y obviamente Adán cayó rendido ante su magia. Un día los vi a los dos juntos debajo de un árbol, ambos estaban comiendo manzanas y parecían estar muy felices. Después de aquella tarde jamás los volví a ver, a ninguno de los dos, ni a mi mejor amigo, ni a la mujer que amé. Supongo que se fueron juntos  para buscar lo que tenían entre manos y labios.

Z.- ¿Pero, cómo es que nosotros no sabíamos nada de eso?

VIEJO.- Nadie sabe nada acerca de esto,  y no tienen porqué saberlo. Después de que Adán y Eva desaparecieron, me nombraron a mi  vigilante único del observatorio, estuve así por muchos años. Véanlo, es enorme, el puesto de vigilancia es muy aburrido. Yo no conocía la soledad, jamás había estado solo, siempre había tenido compañía, ya fuese Eva, Adán, o al menos me encontraba con mis sueños, pero nunca solo. Adán se fue, se llevó a Eva y con ella se fueron mis sueños, me quedé solo, completamente solo. Y tuve miedo, mucho miedo... Un día en la rutina que ustedes ya conocen, vi que en el sistema solar había un enorme hueco, un hoyo negro, supongo que los han visto alguna vez. Mi soledad se refugió ahí, en la nada

Z.- ¿Luego?

VIEJO.- Luego... recordé que por Eva había aprendido a crear estrellas, amaneceres y todo eso. Así que me propuse llenar ese enorme vació, así mi soledad ya no existiría.

CERO.- Pero se equivocó ¿no es cierto?

VIEJO.- Así es Cero, me equivoqué, porque mi soledad siempre permaneció aquí, conmigo, sentada a mi lado. Lo único que yo hice fue crear más soledades y olvidarme de la mía por algún tiempo. Al principio no sabía qué es lo que iba a hacer exactamente, así que empecé por llenar ese hoyo negro con odio, rencor,  tristeza y desilusión, después hice tierra, toda obra necesita cimientos, cuando vi que mi esfera de tierra estaba hecha no me gusto que estuviera rodeada del vació, así que la envolví entre nubes, me agradó la forma que tomó, se veía  bastante bien, luego pensé que si quería que hubiera vida en ese lugar debería de haber mucha agua.

Z.- Y creo los mares y los ríos.

VIEJO.- Después vi que me había quedado todo parejero, era muy aburrido ver siempre lo mismo. Comencé a dividirlo. Por una parte hice bosques, por otra desiertos, en otras hasta congelé el agua, así fue pasando el tiempo y yo me entretuve con mi creación. Me olvidé de Eva, y de mi soledad.

CERO.- Pero ¿y lo demás?

VIEJO.- Cuando mi cuadro estuvo perfectamente pintado, vi que sería un desperdicio si no trazaba algunos animales. Así que empecé a crear  conejos, tigres, dragones, dinosaurios. El planeta era muy grande, todos podrían vivir en paz y tranquilos.

Z.- ¿Conejos y tigres?

CERO.- ¿Dragones y dinosaurios? ¿Qué es todo eso?

VIEJO.- Son criaturas que yo hice para que habitaran el planeta que yo había creado.

Z.- No se ve ninguna. Han de haber muerto.

VIEJO.- Sí seguramente las mataron, los hombre debieron de haberlas asesinado.

CERO.- ¿Los hombres?

VIEJO.- Otra de mis creaciones, mi único error. Cuando acabé de crear a todos mis animales, pensé que sería bueno crear a uno que pudiese aprovechar todo lo que yo había hecho. Decidí crear alguien igual a mí, igual a  Adán, y darle el nombre de éste. Luego recordé que Adán no andaba solo por el universo, así que cree a alguien idéntica a Eva y también le di su nombre.

CERO.- ¿Y por qué no creo a una Eva para usted?

Z.- Si, o a un Adán, así ya nunca más hubiera estado solo.

VIEJO.- Pensaba hacerlo, pero fue cuando ustedes llegaron. Entonces entendí que un ser es único e inigualable. Tu fuiste el primero Cero, me caíste muy bien desde el primer día, luego llegaste tu Z, ya no me sentía solo. Ya no necesitaba llenar mi vida con inventos  y caprichos. Ahora tenía con quién platicar, con quién enfadarme y lo más importante, ahora yo dejaría a  Adán y a Eva solos, y no ellos a mí.

Z.- ¡Abandono a su creación! ¿Cómo fue capaz, cómo pudo?

VIEJO.- Si, por algún tiempo, y eso me hizo sentir bien. Luego recordé que él no era Adán y que ella no era Eva, sino mentiras mías, mentiras abandonadas, llenas de soledad. Ahora necesitaba regresar a mi creación, a mis caprichos, pero no lo podía hacer con ustedes aquí.

Z.- Entonces nos mando de vacaciones.

VIEJO.- Así es, pedí que tú y Cero salieran de vacaciones. Alegué que habían trabajado muy duro para ser novatos y bueno, creo que la pasaron bien lejos de aquí. Con ustedes dos fuera regresé a lo que un día comencé. Cuando vi mi creación me aterré, no sé en qué fallé. Quizá fue un error haberla hecho en las circunstancias y con los motivos que la hice, tuvo que haber sido eso, no encuentro otra razón para haber creado a los monstruos que cree.

CERO.- ¿Adán y Eva?

VIEJO.- No, Adán y Eva ya ni siquiera existían, ellos ya estaban muertos. Ahora había millones de Adanes y Millones de Evas, y cada uno tenía un nombre diferente.

CERO.- No veo el problema.

VIEJO.- El problema es que  cada día se creaban más y más. Luego... luego los vi fornicar; descubrieron el fuego; los vi hacer guerras y ciudades, después los vi hacer familias. Siempre peleando, siempre, querían más y más, más poder, más. Quise controlarlos pero no pude.

Z.- ¿Y por qué no los destruye?

VIEJO.- Porque no tengo las agallas, porque soy un cobarde. Porque de alguna manera ellos son mi soledad, mi fracaso. Pero me deben la vida, me  deben estar ahí y ellos me tienen que idolatrar, me tienen que agradecer. Ellos no pueden matarse los unos a los otros, los cree para que me hicieran compañía, para que yo ya no estuviera solo.

CERO.- Cálmese por favor.

VIEJO.- Yo ya los había olvidado, llevaban ahí un buen tiempo destruyéndose. Estoy seguro que ahora están guerra, siempre  están en guerra. No creí que alguien los llegase a encontrar, y ahora tú  los descubres. Ahora, ahora no puedo dejarlos ir, seguramente dirán esto a la primera oportunidad.

CERO.- No, no diremos nada.

Z.- Se lo prometemos.

VIEJO.- Cero, te quiero mucho, eres como un hijo para mi, si yo hubiera tenido descendencia con Eva me hubiera gustado que fueses mi hijo. Z, eres más listo de lo que tú imaginas, desafortunadamente no sabes los alcances de tu inteligencia, tienes poderes inimaginables, los he visto. Quizá seas mucho mejor que Cero, pero por el momento no eres más que un jovenzuelo testarudo. Confió en ustedes, a ambos los aprecio mucho, después de todo me libraron de mi soledad. Y ahora necesito pedirles su ayuda.

CERO.- Lo ayudaremos con lo que esté en nuestras manos.

Z.- Un momento Cero, recuerda que nuestra vida está ahí en donde tú dices: en nuestras manos.

VIEJO.- No me equivoqué, eres muy listo Z, muy listo. Tú serás yo pero sin serlo.

Z.- ¡Usted! Usted  es un maldito orgulloso, creó a esos pobres animales por capricho; para su entretenimiento. No soportó y quiso crear vida para llenarla de su soledad. Usted sabía que la soledad traería guerras, destrucción, odio. Sabía que iba a pasar lo que pasó, lo que sucede.

VIEJO. Si, lo sabía y sé lo que viene, sé que habrá grandes genios, habrá incluso dos o tres tan inteligentes como tú, desafortunadamente el resto están condenados a ser estúpidos que hagan la guerra, cretinos que quieran volverse monstruos, asesinos. Sé que ellos se van a destruir a sí mismos. Pero eso no me importa en lo más mínimo. Lo que me importa, lo que  quiero, es que me adoren, ellos deben de adorarme, yo les di la vida.

Z.- ¡Pero ellos no se la pidieron!

CERO.- Cálmate  Z. No es para tanto, tranquilízate, además, todo lo  que  nace tiene que morir.

Z.- ¿Qué no lo entiendes Cero? Ellos no nacieron propiamente, ellos fueron creados. Ellos son eternos.

CERO.- ¿Es cierto eso?

VIEJO.- Sí, a diferencia de nosotros ellos son eternos,  yo moriré alguna  día, pero ellos no, siempre, de alguna manera, de formas diferentes existirán.

Z.- Y según entiendo también están condenados.

CERO.- Explícate

Z.- Cuando éste viejo llegó aquí a  la República, venia buscando algo, no sabía qué. Ellos son  eternos y  toda la eternidad se la van a pasar buscando quién sabe qué cosa, pero buscarán. Y lo único que buscan, lo único que necesitan es... es amor

CERO.- No entiendo, estoy confundido. ¿Eso es verdad?

VIEJO.- Eres demasiado... No le hagas caso Cero. Z, lárgate, quedas destituido de tu puesto de...

Z.- Ni falta hace, yo me largo, no quiero pasarme la vida y menos la muerte  a lado de un viejo ególatra y envidioso. Vámonos Cero, no es bueno quedarnos aquí.

VIEJO.-No, Cero se queda

Z.- Vámonos.

CERO.- (confundido) Vete tú.

Z.- ¿Esto también ya lo tenías planeado verdad?  Quizá no sea tan inteligente como tú, pero tanta maldad no cabe en mí. Cero, si éste va hacer lo que creo que va ha hacer, diles a ellos que se vengan conmigo, que a lo que él va a llamar cielo, no es más que su soledad, su soberbia, su necesidad de amor, te espero Cero, cuídate mucho.

VIEJO.- ¡Lárgate ya! ¿Qué no me oíste?

Z.- Bien podría salvarlos. Quitarlos de guerras y actos suicidas. Disipar la hambruna con tus  lluvias de trigo. Destruir  todo complejo apocalíptico o dar muerte al enfermo que  pretende gobernarlos creyéndose  lo que sólo tú eres sin serlo. Cero, les dará el pan de cada día, pero no les dará el día.

VIEJO.- Creí decirte que te largaras. Sabes adonde tienes que ir. Si no te vas, tendré que destruirte.

CERO.- Perdónalo, no sabe lo que hace.

Z.- Allá abajo, tu casa es mi casa. Siempre habrá calor para todos.

VIEJO.- ¡Vete, vete!  Lárgate. (Z sale)

CERO.- No entiendo.

VIEJO.- No, pero algún día lo harás. Por el momento, será bueno que te cambies de ropa, vas a ir al planeta que cree. A pesar de que está compuesto en su mayoría de agua lo he nombrado Tierra.

CERO.- ¿Y para qué voy a ir al Planeta Tierra?

VIEJO.- Irás en mi nombre, dirás a todos que yo soy  su creador, que me deben la vida y por lo tanto deben de adorarme e idolatrarme, obedecerme. No importa si se siguen matando o si hacen guerras en mi nombre. Tampoco me importa qué nombre me quieran poner, yo sólo soy el Viejo que los creó, pero a cambio de la vida que yo les di, deben venerarme y para ello tú vas a morir Cero.

CERO.- ¿Voy a qué?

VIEJO.- Vas a morir hijo.

CERO.- ¿En tu nombre?

VIEJO.- No, morirás para salvarlos.

CERO.- ¿Y de qué los voy a  salvar?

VIEJO.- De  ellos mismos,  de Z, desde  hoy ha comenzado una lucha entre Z y yo, y el premio es mi creación. Cuando cada  Adán y cada Eva dejen la Tierra, deberán decidir entre irse con  Z o conmigo. Tú vas a decirles que sin dudarlo un minuto, ellos, al morir, deben  pasar su eternidad aquí conmigo, con el que les dio la vida. Ya no quiero estar solo, ya no.

CERO.- Si.

VIEJO.- Debes hablarles mal de Z, diles que si se van con él los hará sufrir y los tendrá aprisionados a él toda la eternidad.

CERO.- Pero... ¿eso no es mentir?

VIEJO.- Claro que sí, pero ¿qué importa?, además si les dices la verdad ellos se emocionarán y me dejarán solo. Debes de aprender que la libertad es mucha responsabilidad, ellos necesitan un pastor, alguien que los cuide, alguien que dirija sus actos. Z los dejaría equivocarse, los dejaría ser libres.

CERO.- ¿Cuándo viajaré a la tierra?

VIEJO.- En nueve meses, así que vete alistando. Por cierto, cambiarás de nombre

CERO.- ¿Cómo he de llamarme ahora?

VIEJO.- Eso lo decidirán José y María, pero por mi parte, he de llamarte Cristo.

CERO.- ¿Cristo?

VIEJO.- Si

CERO.- ¿Por qué ese nombre?

VIEJO.- Debes de aprender a no cuestionarme ¿quedó claro?

CERO.- Sí, pero me gustaría saber porque he de llevar ese nombre, y no el mío.
                                                                
VIEJO.- Será lo mismo, al final eso debes ser: un cero. Porque a quien deberán de adorar será a mí y no a ti. Te llamare Cristo porque morirás crucificado (sale)
                                                                                                                       
CERO.- Hágase tu voluntad.

OBSCURO

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