4 de agosto de 2011

NO SÉ QUIÉN CALIFICA MÁS COMO ASESINO

NO SÉ QUIÉN CALIFICA MÁS COMO ASESINO,
si el pequeño cilindro de muerte que adoro besar o yo.

Y es que hay que meditarlo sólo un poco,
lo único que el hace es ser llevado a mi boca 
e irremediablemente por la succión que realizo
el humo entra en mis pulmones de manera inevitable,
provocando una futura pero segura muerte.


En cambio yo... creo que soy más desgraciado.
Para empezar, cómo saber si él está de acuerdo en que lo bese.
Quizá todos los cigarros que me he fumado  han estado en contra de ello
y se sientan ultrajados desde que oso abrir la cajetilla
hasta un ardor infernal al ser prendidos,
quizá más de uno ha querido gritar  mientras se consume poco a poco.

¿Qué decir del pobre filtro?
Cuando esté en el suelo tal vez quisiera tener boca para gritarme pestes,
pues además de que ha sido babeado contra su voluntad
inevitablemente ahora es aplastado por un enorme y sucio zapato.
Sin mencionar que jamás vera nuevamente
al otro extremo con el que fue empaquetado,
y quien sabe, a lo mejor había ya algún tipo de romance
entre el tabaco empapelado y el filtro,
o tal vez sólo amistad, pero jamás lo sabremos.

Por eso me pregunto quién califica más como asesino: ¿él o yo?

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