- Tío
- Sobrino
PRIMER ACTO
SOBRINO.- (entra asustado) ¡Ah! ¡Tío, tío! ¡Tío! No están, no hay nadie. ¡No hay nada! ¡Ah, Tío! ¿Dónde anda usted? ¡Tío!
TÍO.- Sobrino ¿Qué escándalo es ése que anda haciendo?
SOBRINO.- Tío, no hay nadie, no están, no hay nada de nada.
TÍO.- Ay sobrino, ay sobrino. ¿Cómo se le ocurre decir esas sandeces? Que no
están. Cómo no van a estar, lo que pasa es que no buscaste bien.
SOBRINO.- Verdad de Dios que si busque bien.
TÍO.- No te asustes sobrino, seguramente te pasó lo mismo que hace algunos años.
SOBRINO.- No tío, ora si era ahí, leí y releí bien la dirección.
TÍO.- A lo mejor no la apuntaste bien o diste mal una vuelta. A ver, enséñame qué dirección tienes apuntada.
SOBRINO.- Ésta mire: Morelos #21 Bis, Barrio San Pablo. C.P: 09000. Delegación Iztapalapa.
TÍO.- A chinga, pos la dirección está bien. Segurito fue que diste mal alguna vuelta. ¿A ver, que descripción tienes de la casa?
SOBRINO.- Pos la misma de años pasados. Fachada roja, zaguán gris, letrero de no estacionarse que dice: El respeto a la entrada ajena es la conservación de los dientes.
TÍO.-No entiendo, pos es esa.
SOBRINO.- Le digo que si es. Lo que pasa es que no están, no hay nada de nada.
TÍO.- ¿No hay nadie?
SOBRINO.- Nadie.
TÍO.- ¿Y no hay nada de nada?
SOBRINO.- Nada de nada. Ni una luz.
TÍO.- ¡Ni una luz!
SOBRINO.- Ni una sola.
TÍO.- ¿Entonces, como encontraste?
SOBRINO.- Pues a tientas y tropezones, ya mero me voy para otro lado, pero me acorde de los cerillos que me clave el año pasado y pues con eso anduve buscando por todos los rincones de la casa, pero no encontré nada.
TÍO.- ¿Buscaste bien?
SOBRINO.- Le digo que sí, es más. Mire, sólo me quedó un cerillito y me di cada quemón que pa´que le platico. Y no tuvo chiste, yo quería verlos o al menos echarme un trago...
TÍO.- Sobrino, está usted todavía muy joven
SOBRINO.- De agua tío, de agua.
TÍO.- A bueno.
SOBRINO.- ¿Qué hacemos tío, qué hacemos?
TÍO.- Pos no sé sobrino. La verdad ya me anda entrando mello. Qué tal si ya no se...
SOBRINO.- Ni se le ocurra decirlo, ni siquiera se atreva usted a pensarlo. Cómo va a ser que ellos no se...
TÍO.- ¿Verdad que entran ñañaras no más de pensarlo?
SOBRINO.- Pos la verdad, más que miedo, tristeza.
TÍO.- No se me agüite y venga, vamos, que yo quiero ver con mis propios ojos eso de que no hay nadie y que no hay nada. ¡Cómo carajos no va haber nada, faltaba más! Aunque sea un pinché cigarro tuvieron que haber dejado.
SOBRINO.- Pos vamos, no más que...
TÍO.- ¿Ora qué?
SOBRINO.- No más que ya no tengo cerillos. (el Tío hace una mueca y sale junto con el sobrino. OBSCURO)
SEGUNDO ACTO
SOBRINO.- ¿Y ahora qué?
TÍO.- Como que: ¿Y ahora qué?
SOBRINO.- Pos si, y ahora... ¿Qué hacemos?
TÍO.- Pos no sé, no sé. Yo también estoy que me lleva la chingada. No sé qué hacer.
SOBRINO.- ¿Y si vamos con… EL?
TÍO.- ¿Tas loco o qué? Si vamos con EL, puede que hasta nos diga lo que tanto tememos y la verdad, prefiero concederles el beneficio de la duda.
SOBRINO.- No sea así tío, ni mis papas ni mi tía son capaces de eso y usted lo sabe.
TÍO.- Pero... ¿porqué no había nada?
SOBRINO.- Tampoco había nadie, para que haya algo tiene que haber alguien.
TÍO.- Eso que ni qué, pero ¿qué hacemos? la verdad yo quería ver a tu tía, saber cómo a estado, que le ha pasado en este año. Quería echarme un molito de los que ella prepara y un trago a su salud; ahí, sentado junto a ella, platicarle algunas cositas, decirle que la extraño y que espero verla pronto. Pero no, un año de espera ¿pa´ qué? pa´ que se... ¡pa´ que se olvidaran se nosotros! Si, aquí anda uno de pendejo acordándose de ellos, y ellos ya no se acuerdan de uno, pinches ojetes.
SOBRINO.- No diga eso tío, mi tía sería incapaz de olvidarse de usted, además segurito que todavía se acuerda de las madrizas que le puso usted en vida.
TÍO.- Pero era con cariño.
SOBRINO.- Que cariño ni que ocho cuartos, cariño... Además mis papas tampoco se olvidarían de mi así no más de un año al otro.
TÍO.- Entonces... ¿qué hacemos?
SOBRINO.- Pos no sé, pero en vez de andar pensando que no se acuerdan de nosotros, más bien deberíamos de estar preocupados.
TÍO.- ¿Preocupados? ¿Preocupados de qué?
SOBRINO.- Pos de que les haya pasado algo.
TÍO- Ay sobrino, deberás que usted es bien pendejo. Si les hubiera pasado algo, ya estarían aquí, con nosotros.
SOBRINO.- Pos el pendejo es usted, porque haber sino mi tía conociéndole sus mañas se fue derechito allá abajo a buscarlo, y por su culpa ya se anda chamuscando sin temerla ni deberla.
TÍO.- No la mueles. Pero si así fuese, tus papas ya hubieran venido a buscarte o al menos a saludarme.
SOBRINO.- Oiga tío, y si de plano... ¿si se olvidaron de nosotros?
TÍO.- Pos no se...
SOBRINO.- ¿Nos vamos a morir? Bueno, digo… ¿desapareceríamos?
TÍO.- Pos no sé. No creo, seguramente no pasara nada, únicamente habrá que esperarlos y...
SOBRINO.- ¿Esperarlos? ¿Esperar a quienes? si ellos ya no se acuerdan de nosotros, no tenemos a nadie a quien esperar, sólo estamos usted y yo.
TÍO.- No chinges…
SOBRINO.- ¿Oiga? ¿Seguiremos muertos?
TÍO.- Ni modo que estemos vivos.
SOBRINO.- (se rasca el cuello) Shhh, pérese...
TÍO.- ¿Y ora, qué te pasa?
SOBRINO.- No sé, tengo como comezón en el cuello, pensé que usted me andaba asiendo cosquillas.
TÍO.- Tas loco, qué voy a andar asiéndote cosquillas en un momento como este.
SOBRINO.- Oh, que la...
TÍO.- ¿Pos qué mosco te picó?
SOBRINO.- Le digo que tengo como cosquillas
TÍO.- ¿Cosquillas? ¿En el cuello?
SOBRINO.- Sí, y siento como si me soplaran en la oreja.
TÍO.- ¡Mocoso!, no se olvidaron de nosotros.
SOBRINO.- ¿A no?
TÍO.- No pequeño, lo que pasa es que ellos ya... (le susurra al oído)
SOBRINO.- O sea que... (le susurra al oído) ¿Y no se han dado cuenta?
TÍO.- Así es. Pero shhh, no lo digas, ellos tienen que darse cuenta solitos, sino, es trampa y pos así no se vale.
SOBRINO.- Entonces qué hacemos mientras.
TÍO.- Pos esperar, y ven, ayúdame.
SOBRINO.- ¿A qué?
TÍO.- A poner el altar, sino más trabajo les va costar darse cuenta.
SOBRINO.- Y qué le ponemos si no tenemos fruta, ni pan, ni nada.
TÍO.- Agua, para que se calmen la sed después de tan largo camino. Luz pa´ que encuentren más rápido, y un traguito de mescal con su cigarrito por aquello del recuerdo.
SOBRINO.- ¿Y me da un trago?
TÍO.- Toda el agua que quiera sobrino, toda el agua que quiera.
SOBRINO.- Bueno… (asiendo medio mutis) ¡Oiga! ¡Tío! Tío!
TÍO.- ¿Y ahora qué paso sobrino?
SOBRINO.- ¿Ya vio? (refiriéndose al publico) Hay… hay mucha gente.
TÍO.- Hay sobrino, pensé que era otra cosa. ¿Apoco nunca los había visto?
SOBRINO.- No, nunca. ¿Qué hacen aquí? Son bastantes.
TÍO.- Demasiados diría yo. Pero no te preocupes, entre menos caso les hagas mejor.
SOBRINO.- ¿Por qué?
TÍO.- Ay sobrino, todo ellos también ya están muertos, sólo que al igual que tu tía y tus papas, ellos tampoco se han dado cuenta de eso
SOBRINO.- ¿De veras, ya están muertos?
TÍO.- Si, en serio, pero shhh, no se los digas, ellos solitos tienen que darse cuenta de eso. Si se los décimos sería hacer trampa y eso no se vale. Así que mejor vente, ayúdame a poner la ofrenda.
SOBRINO.- Van a hacer falta velas ¿no cree?
TÍO.- Si, siempre hace falta luz, siempre. Hasta para uno.
OBSCURO
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