5 de agosto de 2011

MUERTOS

 PERSONAJES:

-       Tío

-       Sobrino


PRIMER ACTO


SOBRINO.- (entra asustado) ¡Ah! ¡Tío, tío! ¡Tío! No están, no hay nadie. ¡No hay nada! ¡Ah, Tío!  ¿Dónde anda usted? ¡Tío!

TÍO.- Sobrino ¿Qué escándalo es ése que anda  haciendo?

SOBRINO.- Tío, no hay nadie, no están, no hay nada de nada.

TÍO.- Ay sobrino, ay sobrino. ¿Cómo se le ocurre decir esas sandeces? Que no
están. Cómo no van a estar, lo que pasa es que no buscaste bien.

SOBRINO.- Verdad de Dios que si busque bien.

TÍO.- No te asustes sobrino, seguramente  te  pasó lo mismo que hace algunos años.

SOBRINO.- No tío, ora si era ahí, leí y releí  bien la dirección.

TÍO.- A lo mejor no la apuntaste bien o diste mal una vuelta. A ver, enséñame qué dirección tienes apuntada.

SOBRINO.- Ésta mire: Morelos  #21  Bis, Barrio  San  Pablo. C.P: 09000. Delegación Iztapalapa.

TÍO.- A chinga, pos la dirección está bien. Segurito fue que diste  mal alguna vuelta. ¿A ver, que descripción tienes de la casa?


SOBRINO.- Pos la misma de años pasados. Fachada roja, zaguán gris, letrero de no  estacionarse que dice: El respeto a la entrada ajena es la conservación de los dientes.

TÍO.-No entiendo, pos es esa.

SOBRINO.- Le digo que si es. Lo que pasa es que no están, no hay nada de nada.

TÍO.- ¿No hay  nadie?

SOBRINO.- Nadie.

TÍO.- ¿Y no hay nada de nada?

SOBRINO.- Nada de nada. Ni una luz.

TÍO.- ¡Ni una  luz!

SOBRINO.- Ni una sola.

TÍO.- ¿Entonces, como encontraste?

SOBRINO.- Pues a tientas y tropezones, ya mero me voy para otro lado, pero me acorde de los cerillos que me clave el año pasado y pues con eso anduve buscando por todos los rincones de la casa, pero no encontré  nada.

TÍO.- ¿Buscaste bien?

SOBRINO.- Le digo que sí, es más. Mire, sólo me quedó un  cerillito  y  me  di cada quemón que pa´que le platico. Y no tuvo chiste, yo quería verlos o al menos echarme un  trago...

TÍO.- Sobrino, está  usted  todavía  muy  joven

SOBRINO.- De agua  tío, de agua.

TÍO.- A bueno.

SOBRINO.- ¿Qué hacemos tío, qué hacemos?

TÍO.- Pos no sé sobrino. La verdad ya me anda entrando mello. Qué tal si ya no se...

SOBRINO.- Ni se le ocurra decirlo, ni siquiera  se atreva usted a pensarlo. Cómo va a ser que  ellos no se...

TÍO.- ¿Verdad que entran ñañaras no más de pensarlo?

SOBRINO.- Pos la verdad, más que miedo, tristeza.

TÍO.- No se me agüite y venga, vamos, que yo quiero  ver  con  mis propios ojos eso de que no hay nadie y que no hay  nada. ¡Cómo carajos no va haber nada, faltaba  más! Aunque sea un  pinché cigarro tuvieron que haber dejado.

SOBRINO.- Pos vamos, no más que...

TÍO.- ¿Ora qué?

SOBRINO.- No más que ya no tengo cerillos. (el Tío hace una mueca y sale junto con el sobrino. OBSCURO)



SEGUNDO ACTO

SOBRINO.- ¿Y ahora qué?

TÍO.- Como que: ¿Y ahora qué?

SOBRINO.- Pos si, y ahora... ¿Qué hacemos?

TÍO.-  Pos no sé, no sé. Yo también estoy que  me  lleva  la  chingada. No sé qué  hacer.

SOBRINO.-  ¿Y si vamos con… EL?

TÍO.- ¿Tas loco o qué?  Si  vamos con  EL,  puede que hasta  nos diga  lo que tanto  tememos y la verdad, prefiero concederles el  beneficio de la duda.

SOBRINO.- No sea así tío, ni mis papas ni mi tía son capaces de eso y usted  lo sabe.

TÍO.- Pero... ¿porqué  no  había  nada?

SOBRINO.- Tampoco había  nadie, para que haya algo tiene que haber alguien.

TÍO.- Eso que  ni qué, pero ¿qué hacemos? la verdad  yo quería ver a tu tía, saber cómo a estado, que le ha pasado en este año. Quería echarme un  molito de los que ella prepara  y  un trago a su salud; ahí, sentado junto a ella, platicarle algunas  cositas, decirle que  la  extraño y que espero verla  pronto. Pero no, un año de espera ¿pa´ qué? pa´ que se... ¡pa´ que se olvidaran  se  nosotros! Si, aquí anda uno de pendejo acordándose de ellos, y ellos ya no se acuerdan de uno, pinches  ojetes.

SOBRINO.- No diga eso tío, mi tía sería  incapaz  de olvidarse de usted, además segurito que todavía se acuerda de las  madrizas que le  puso usted en vida.

TÍO.- Pero era con cariño.

SOBRINO.- Que cariño ni que ocho cuartos, cariño... Además mis papas tampoco  se  olvidarían de mi así no más de un año al otro.

TÍO.- Entonces... ¿qué hacemos?

SOBRINO.- Pos  no sé, pero en  vez de andar pensando que no se acuerdan de nosotros, más bien deberíamos de estar  preocupados.

TÍO.- ¿Preocupados? ¿Preocupados de qué?

SOBRINO.- Pos de que les  haya pasado algo.

TÍO- Ay sobrino, deberás que usted es bien pendejo. Si les hubiera pasado algo, ya estarían  aquí, con nosotros.

SOBRINO.- Pos el pendejo es usted, porque haber sino mi  tía conociéndole sus mañas se  fue derechito allá abajo a buscarlo, y por su culpa ya se anda chamuscando sin temerla ni deberla.

TÍO.- No la mueles. Pero si así fuese, tus papas ya hubieran venido a buscarte o al menos  a  saludarme.

SOBRINO.- Oiga tío, y  si de plano... ¿si se olvidaron de nosotros?

TÍO.- Pos no se...

SOBRINO.- ¿Nos vamos a morir? Bueno, digo… ¿desapareceríamos?

TÍO.- Pos no sé. No creo, seguramente no pasara nada, únicamente habrá que esperarlos  y...

SOBRINO.- ¿Esperarlos? ¿Esperar a quienes? si ellos ya no se acuerdan de nosotros, no tenemos a  nadie a quien esperar, sólo estamos usted  y yo.

TÍO.- No chinges…

SOBRINO.- ¿Oiga? ¿Seguiremos  muertos?

TÍO.- Ni  modo  que estemos  vivos.

SOBRINO.- (se rasca el cuello) Shhh, pérese...

TÍO.- ¿Y ora, qué te pasa?

SOBRINO.- No sé, tengo como comezón  en  el  cuello, pensé que usted  me andaba  asiendo cosquillas.

TÍO.- Tas loco, qué voy a andar asiéndote cosquillas en un momento como este.

SOBRINO.- Oh, que  la...

TÍO.- ¿Pos  qué  mosco  te picó?

SOBRINO.- Le  digo que  tengo  como  cosquillas

TÍO.-  ¿Cosquillas? ¿En  el  cuello?

SOBRINO.- Sí, y siento como si me soplaran en la oreja.

TÍO.- ¡Mocoso!, no se olvidaron de nosotros.

SOBRINO.- ¿A no?

TÍO.- No pequeño, lo que pasa es que ellos  ya... (le  susurra  al  oído

SOBRINO.- O sea que... (le susurra  al  oído)  ¿Y no se han dado cuenta?

TÍO.- Así es. Pero shhh, no lo digas, ellos tienen que darse cuenta solitos, sino, es trampa y pos así no se vale.

SOBRINO.- Entonces qué hacemos mientras.

TÍO.- Pos esperar, y ven, ayúdame.

SOBRINO.- ¿A  qué?

TÍO.-  A poner el altar, sino más trabajo les va costar darse cuenta.

SOBRINO.- Y qué le ponemos si no tenemos fruta, ni pan, ni nada.

TÍO.- Agua, para que se calmen  la sed después de tan largo camino. Luz  pa´ que encuentren  más rápido, y un traguito de  mescal  con su  cigarrito  por aquello del recuerdo.

SOBRINO.- ¿Y me da un  trago?

TÍO.- Toda el  agua que quiera sobrino, toda el agua que quiera.

SOBRINO.- Bueno… (asiendo  medio  mutis)  ¡Oiga!  ¡Tío!  Tío!

TÍO.- ¿Y ahora qué paso sobrino?

SOBRINO.- ¿Ya vio? (refiriéndose al publico) Hay… hay mucha  gente.

TÍO.- Hay sobrino, pensé que era  otra cosa. ¿Apoco  nunca  los  había  visto?

SOBRINO.- No, nunca. ¿Qué hacen aquí?  Son bastantes.

TÍO.- Demasiados diría yo. Pero no te preocupes, entre menos caso les hagas mejor.

SOBRINO.- ¿Por qué?

TÍO.- Ay sobrino, todo ellos  también ya están  muertos, sólo  que  al  igual que tu tía y  tus papas, ellos tampoco se han dado cuenta de eso

SOBRINO.- ¿De veras, ya están  muertos?

TÍO.- Si, en  serio, pero shhh, no se  los digas, ellos solitos tienen que darse cuenta de eso. Si  se los décimos sería hacer  trampa y eso no se vale. Así que mejor vente, ayúdame a poner la ofrenda.

SOBRINO.- Van a hacer falta velas  ¿no cree?

TÍO.- Si, siempre hace falta luz, siempre. Hasta para uno.

OBSCURO

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