4 de agosto de 2011

HEME AQUÍ

 Y bien, heme nuevamente aquí,
con las manos llenas de inquietud,
con la cabeza un poco menos lucida que el día de ayer,
con la lengua más engreída
por haber hecho dos o tres viajes a la Torre de Babel.


Heme aquí nuevamente, con las alas más limpias de pureza que  ayer,
más obscuras que la noche, más espesas que ésta sombra que ya no soy,
más mías que el recuerdo de quien soy.

Heme aquí, en el palacio de los artificios,
adorando los artilugios en el templo de las mentiras, en el ocaso de la utopía.
Postrado a la siniestra de la tumba del padre que nunca tuve,
y volando a la diestra de todos eso que se dicen dioses.

Heme aquí nuevamente: ciego, mudo, taciturno, ausente...
esperando el bautizo ya sin nombre.

Heme aquí, con los nudillos sangrando
y  mil sujetos iguales a mi entre pedazos de reflejo.
Ya sin voz, sin nada que callar.
nuevamente vestido de aquel color, que dicen es la ausencia,
heme aquí, con mi alma ausente.

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