LA RUTINA no es buena, entristece el alma y agusana los días antes de que caduquen. Marca las horas de un hastío que siempre llega puntual y a veces hasta con quince minutos de anticipación.
La rutina nos atrapa en un círculo, en un ir y venir de ninguna parte, hacia ningún lugar. La rutina marchita la luna, caduca las letras y adormece los sueños. La rutina es la mujer que nos atrapa en un sexo sin amor, la lluvia que cae y no nos moja, el desierto que nos mata de sed con un oasis frente a nosotros.
La rutina es un monstruo que nos come vivos, entierra sus colmillos en nuestras partes más blandas y disfruta oírnos gritar de dolor, saborea nuestra sangre y se ríe de los cadáveres que va apilando.
La rutina está en el despertador, en el tráfico, en el trabajo, en la escuela y hasta en el aire.
Y aunque siempre hay un mañana peor que el de hoy, no hay peor rutina que la de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario